En Estocolmo, se impuso 3 a 2, con tantos de Higuaín (2) y Agüero, en el primer tiempo; pudo hacer muchos más
No se jugó por el pase a los octavos de final de un Mundial. No hubo suplentes expulsados, técnicos sobresaltados, ni jugadores dueños de una insufrible calma. Nada de eso. Incluso, la comparación con aquel encuentro resulta vaga e insostenible en el tiempo. Es que la mayoría de los jugadores de este plantel no habían dado sus primeros pasos de su carrera profesional.
¿De que hablamos? 12 de junio de 2012, la selección argentina de Marcelo Bielsa empató 1 a 1 con Suecia y quedó afuera de la Copa del Mundo de Corea y Japón. Hoy, 6 de febrero de 2013, la revancha se hizo eco en un partido amistoso: con Lionel Messi y compañía, la Argentina le ganó como visitante por 3 a 2, con una buena actuación, pese a que sólo se terminó imponiendo por sólo un gol. Además del poder ofensivo habitual, el equipo de Alejandro Sabella mostró varias ráfagas de buen juego.
La selección se encontró, como dice el viejo dicho futbolero, con un gol desde el vestuario. A los dos minutos de juego, tras una fina habilitación de Ángel Di María, Gonzalo Higuaín quiso definir al palo más lejano del arquero, la pelota se desvió en Mikael Lustig y la Argentina se puso al frente.
El empate tampoco tardó mucho en llegar. Jonas Olsson ganó en lo alto del área argentina, a los 17, y marcó la igualdad, que duraría menos que un suspiro. Al minuto, otra vez Fideo se vistió de asistidor y Sergio Agüero, en posición adelantada, definió de manera exquisita para poner nuevamente a la Argentina adelante en el marcador. Higuín, a los 22, extendió el marcador.
En el segundo tiempo, el seleccionado nacional dominó el partido sin complicaciones, pero no pudo vulnerar al arquero sueco Andreas Isaksson, que hasta le evitó de chilena un gol a Lionel Messi, de buena actuación.
El equipo de Alejandro Sabella volvió a demostrar que está en un constante y regular crecimiento, con cosas para mejorar (como la defensa) y otra que ya no tienen lugar para las objeciones (como el poderío ofensivo). Pero, pese a las flaquezas del equipo nacional en el fondo, Suecia no supo nunca como vulnerarlo y el juego aéreo fue la única vía que encontró para generarle riesgo. En el final, el 3-2 final, convertido por Elm de tiro libre, resultó anecdótico para un partido ya definido.
Lo del Mundial 2002 ya es un recuerdo lejano. Este equipo, que ilusiona, una realidad.
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